sábado, 27 de febrero de 2016

Un día gris...precioso

Conozco a Isaac en mitad del pasillo del Hospital Niño Jesús. Me encuentra poniéndome la camiseta de MeV, con el pelo alborotado .Yo me encuentro con su maravillosa sonrisa que le llega hasta los ojos y que dice tanto de él. Voy al encuentro del resto del grupo. Carlos y su teclado, y Adel que llega con su tímida y dulce mirada. Nos quedaba por descubrir su maravillosa voz.

Llegamos a la Sala Margarita. Afindecuentas comienzan a desplegar sus instrumentos.
Están expectantes y con muchas ganas. Las niñas comienzan a llegar. Son 9. Llegan, como casi siempre, un poco remolonas y serias. Daría la sensación de que están enfadadas con el mundo. Rebeldes con "su causa", son adolescentes luchando por encontrarse por un camino equivocado del que hay que protegerlas. Ya están todas y comienza la sesión.

Adel presenta al grupo y explica que ellos componen sus propias canciones pero que hoy, para ellas, han preparado algunas versiones de canciones que creen que les gustarán. Versiones "a su manera". Y su manera es dulce e intensa, como su voz. 
Las avisa de que su timidez también canta con él y se disculpa por ello. La autenticidad de Adel acompaña a su timidez y se cuela por sus palabras y se asoma por su mirada verde y limpia.

Suenan los primeros acordes. Carlos cargado de profesionalidad hace sonar su teclado con pasión. 
La guitarra de Isaac parece sonar a través de su hermosa sonrisa que nos acariciará toda la hora. Sobre todo a ellas, ese público tan especial que hoy van a disfrutarlos. 
Los fuegos de artificio comienzan cuando Adel inunda esa planta con su cálida y profunda voz cargada de sentimiento y de matices.
Desde su primera frase en la primera canción me recorre un escalofrío de emoción que sube directo a mis ojos y me sacude completa. Directo al corazón. Me sorprende tanto que no puedo evitar mirarlos con los ojos húmedos y grandes de agradecimiento, y con sonrisa emocionada. "Sois brutales", intento decirles así; "y esto es un regalo maravilloso".

Algunas chicas cantan, bajito, pero cantan. Se saben las canciones porque Afindecuentas se lo ha trabajado mucho y nos ofrecen versiones de hermosas canciones conocidas que, teñidas de su forma de hacer, se convierten en algo diferente y en ocasiones, mejor.
 De repente, el pie de Isaac se mueve 
y suena una percusión brillante y tintineante: una pandereta salpica esas melodías como un rocío amable.                                                                                                                   Adel nos presenta las canciones, en particular el significado de las dos únicas canciones que son suyas.

Siempre me admira cómo los músicos crean una red, seguramente involuntaria, donde los chicos pueden dejarse caer y descansar en ese equilibrismo equivocado en el que están. 
Afindecuentas no lo sabe pero han creado un rompecabezas donde las piezas encajan con precisión y con ellas van tejiendo un río de mensajes que son como gritos mudos para esas chicas, tan jóvenes, y tan perdidas. 
Afindecuentas lanza piedras en ese camino oscuro,


De la mano de Adele les cantan que sí, que es posible que ellas ahora estén "rolling in the deep" rodando en la profundidad, pero algún día van a poder decirle a esa oscuridad "tuviste mi corazón en tus manos.... y lo tocaste a golpes" pero algún día sé que "vas a desear no haberme conocido".

Y con Rihanna les dicen
en ese viernes desapacible y lluvioso que "ahora que está lloviendo más que nunca, ellas pueden cobijarse bajo su paraguas".La música como un increíble paraguas para refugiarse en los malos momentos.


Y las hacen gritar a ritmo de David Guetta que "me derribas pero no me caeré, soy de Titanio. Soy de Titanio". Después de haber cantado con ellos ese estribillo que todas conocían y que también les muestra que es posible volver a empezar "de Cero" con Dani Martín.

Me pregunto si Carlos, Isaac y Adel son conscientes del colchón musical que han creado con la selección de sus versiones. Y sobre todo si son conscientes de la importancia del mensaje que encierran las canciones que han querido compartir con ellas y que son de producción propia.
La primera se llama Un día gris bonito y Adel explica que siempre es posible encontrar algo bonito en lo que no nos gusta.
La segunda se llama Otro camino y les dice que siempre hay forma de ser feliz, de buscar otro camino cuando las cosas no van como queremos. 
¿Se les puede decir algo más significativo a ese grupo de niñas que están luchando contra lo que no entienden y que están sufriendo tanto?


La música llega, lo sabemos, sin necesidad de traducción ni de pensar.
Es así y ellas lo saben.
Lo sabe esa preciosa  que al escuchar los primeros acordes de una canción se lleva la mano al corazón, espontáneamente. Lo sabe la pequeña que sonríe a sus compañeras cantando alegre la letra que conoce. Lo sabe la chica del fondo que canta enteras algunas de esas canciones. Y queremos pensar que también lo sabe la pequeña a la que no se le ha escapado ni una sola sonrisa y, seria, miraba sin cantar aunque daba palmas impasibles siguiendo la música.

Compartir emociones es inexorable y crea un fino hilo invisible que conecta a las personas íntimamente. Eso es lo que hemos hecho esta tarde gracias a Afindecuentas.


Han pasado una hora fantástica con la música desvaneciendo sus fantasmas. Y además, Carlos, como una Papa Noel intemporal, reparte discos para todos, como si no hubiera sido suficiente regalo lo que hemos vivido hoy con ellos. Nos agradecen que les hayamos disfrutado con un maravilloso disco que estoy escuchando mientras escribo esto. Se llama como la primera canción que han compartido con nosotros   Un día gris bonito  y si pincháis en el enlace lo podréis escuchar.

Llega la cena y es la que manda. Tenemos que irnos. Las dejamos allí, despidiéndonos en las puertas de sus habitaciones. Dándonos las gracias. "Chicas, pronto a casa" "Ojalá" responde una de ellas con mirada triste. Ojalá.

Afindecuentas es ya parte de MeV para siempre. Quieren repetir la maravillosa experiencia. A ellos les gusta tocar para grupos pequeños. No quieren tarimas que les alejen de su público. Quieren estar entre ellos, mirarlos a los ojos. Entienden la música como una forma de compartir y tirar muros juntos.  Y así nos lo dicen en la caratula de su disco:

   "Porque aún quedan días grises bonitos...aunque a veces haya      que  gritar para verlos
   Porque detrás de cualquier cristal hay siempre otra forma de       volar...y regresar a septiembre"
   Porque hay espirales que solo tienen principio...Los huecos se       llenan y los muros se derriban.
   Porque las canciones cuentan historias...tuyas y nuestras...            Para después convertirse en nuestras bandas sonoras...
   Sólo queremos darte las gracias...por dejarnos ser un poco            más  nosotros...

                              Gracias..."

Emoción para aprender a vivir. Sentir para comprender y avanzar. Juntos. Eso es la música para ellos. Nos lo dicen en su canción 
                                               Soy yo .

También nos dicen algo que se ve en su mirada: son buena gente. 

"Sentir es mi lema" nos dicen  en esta canción.
Y es que,  A FIN DE CUENTAS,  todos somos corazón. 
Por eso ellos nos lo han traspasado hoy.

Gracias, chicos.




No puedo no añadir que me ha gustado incluso más su directo que el disco y que ese texto que acompaña la caratula y los define está plagado de puntos suspensivos. Me encantan los puntos suspensivos. 
En los puntos suspensivos se esconden mundos en los que cabemos todos. Son puertas abiertas que invitan a pasar y sentarse y dudar y compartir y ser más persona.
Ha sido más que un placer conoceros, Afindecuentas.

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