sábado, 6 de febrero de 2016

La mar "salá"


Al parecer estas frases no son de Brecht pero podrían serlo.
 
Da igual de quién sea. Es una verdad como un templo.



El caso es que a mí los imprescindibles me parecen  las personas que acogen, que iluminan ,  cuya sola presencia eclipsa las sombras . 
Como María Ávila, la Mónica. 
Se trenza su pelo y a su moño, divertido y grande como ella, se suben todas las cosas buenas de la vida. 
Y allá va, al encuentro de Juan y su guitarra y de Epi montado en su cajón. 


Nos vamos a la sala de espera de traumatología. Un espacio abierto con mucho trasiego. Los números que corren, la gente que tiene prisa...


María se pone en el centro. Comienza a hablar. Y sufrimos una avalancha de toda la sal de Cádiz con la gracia y la dulzura de María contándonos cositas.  Se dirige a los pacientes, mirándolos a los ojos. El hospital se ha convertido en una parranda donde los compadres comparten risas y arte.
Juan y Epi acompañándola en esa travesía.

Canta sus canciones. Flamenco puro cargado de esa poderosa arma que es el humor.Toda la sal de Caí en la dulzura de María.
 Nunca pensamos reírnos a carcajadas en un hospital. Pues María con su autenticidad y su gracia lo consigue.Sus letras originales y divertidas puestas en pie,nos tienen hipnotizados. Boquiabiertos de la risa, nos tiene en el bote. A personal, médicos... pacientes... Algunos remisos, perdidos en sus urgencias, se sienten incomodados por esa ola de simpatía. 
"Bastante tengo yo con mis problemas para aguantar este ruido". 
María no se arredra. Al revés. Sabe que esa señora enfurruñada con la vida es la que más lo necesita y no ceja hasta arrancarle una sonrisa: 
"Al final te has reío, eh?". 

¿Cómo poner en palabras todo lo que María ,arropada por Juan y Epi, desplegó como velas de un barco surcando la mar "salá"? En esas velas, María nos trajo la luz de Cádiz, su sabor a mar, la brisa de su brisa y las cosquillas de la arena al caminar. La alegría de sus gentes al hablar, su arte, su ingenio...
¿Cómo poderlo expresar?

María, Juan y Epi, pero sobre todo María, lamenta que esos espacios no sean más íntimos para compartir y empapar a la gente de su alegría de vivir.
 Las salas de espera no son los mejores lugares para estos encuentros y a pesar de todo, le dan las gracias con una sonrisa de oreja a oreja y le preguntan que quiénes son y dónde actúan. No todos los días uno se encuentra con la vitalidad y las ganas de vivir invadiéndote a traición.


Finalmente, vamos al gimnasio de rehabilitación.
Allí sí, los pacientes pueden deleitarse de la "mar salá" que ellos les llevan hasta allí, al tiempo que hacen sus ejercicios. 
En ese cuerpo a cuerpo nos encontramos con pacientes que mueven sus manos flamencas al tiempo que ejercitan sus piernas trabajosamente. O ese señor que sin poder casi hablar porque un ictus le ha inmovilizado la mitad de su cuerpo, se emociona hasta las lágrimas al sentir ese alud de arte y de simpatía que le acompañan hoy en medio de su impotencia y su lucha. 

María, Juan y Epi, "volando van, volando vengo" con Camarón por bandera y toda la alegría, la luz y el sentimiento del flamenco. 
La bondad y el optimismo de la gente imprescindible que sabe que a las penas hay que atarlas corto con la sal de la música y el picante de unas letras ingeniosas, se despiden dejando una estela cálida de bienestar en la que se siente que la vida puede ser más llevadera si hay gente así cerca.

Música y ganas de vivir en Vena. 
Gracias María, Juan y Epi.



A mí, María, Juan y Epi me alegraron el día desde muy adentro. Su recuerdo me lleva a sonreír automáticamente. Como un reflejo. 
María es un persona arrolladora. Llena de vida y de generosidad. Con esa gracia de Caí que no se ensaya ni se estudia. 
Era mi cumpleaños. Además del regalo de conocerlos y disfrutarlos, me regaló un disco divertido como ellas: Las Mónicas.

En este vídeo podéis ver un poquito de algunas canciones de este disco y de la gracia de María y de "Las Mónicas" que nosotros disfrutamos en directo de su mano.




Gracias, María. Por todo. Mucho más de lo que pueda parecer.

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