viernes, 22 de enero de 2016

"Pero pienso volver...pienso volver"

Siempre he dicho que Virginia es MeV y que MeV es Virginia. Puede parecer una simple frase adulatoria. No lo es.

Ayer fue un día difícil en la sección de Neonatos. Lo fue para nosotras. Para ellos debe de ser la cotidianeidad. 

Música en Vena tiene un cometido muy claro. Por eso soy parte de esta asociación. Quiero ayudar, quiero empujar para que siga adelante. Con fuerza. Expandiéndose. Sé perfectamente que quiero estar ahí, como sea. Y lo intento. Con todo mi corazón. Colaborando a que la música, esa ola de armonía y emociones,  riegue los hospitales y siga llegando a los corazones  de tanta gente que está sufriendo. Que transforme esa hora oscura y triste en un ratito más luminoso y solidario. Lo necesito.

Pero ayer me preguntaba si no podía llegar a ser una rémora. Ayer no podía contener las lágrimas. Mi sonrisa, llena de comprensión y de cariño, no podía parar de llorar. Me quedé muda y me costaba continuar. Para ser voluntaria , tal vez, no sólo haga falta la voluntad. No puedes llevar más tristeza donde reina impunemente. 
Así que volví doblemente golpeada y se quedaron dentro de mí muchas sombras, preguntándome si no estaría yo a la altura de semejante proeza.
Todo esto no tendría ninguna importancia si no estuviera hablando de MeV. Lo que yo sienta y mis sombras son completamente irrelevantes si no afectan a MeV.Por eso hablo de ellas, por eso necesito escribir catárticamente.No por mí. Por MeV.

Por eso digo que Virginia es MeV. Ella nunca se arredra, ni enmudece, ni se deja paralizar por la desgracia. Sigue adelante con su sonrisa que por sí misma ilumina esas salas. Se acerca a acompañar a los padres, a los pacientes con una palabra siempre dulce y animosa. Acaricia con su empatía a todos los que están pasando por ese mal trago. 

Yo no puedo. Me gustaría ser invisible y no me atrevo a hablar a las personas que están en ese momento tan íntimo, tan personal. Pierdo pie en ese cuerpo a cuerpo porque no sé hasta dónde es una invasión y hasta dónde reconforta. Me da pudor entrar en ese espacio tan sensible, delicado, si no me llaman. Pero ellos, en general, lo agradecen tanto... Por eso los conciertos en los que no está Virginia no son lo mismo. No sé qué pensaréis el resto de mis queridas voluntarias voluntariosas, pero para mí es así.Tal vez porque yo la necesito para transitar esas salas y tanto dolor. Egoístamente.

Ayer me preguntaba, repito, si realmente yo aportaba lo que MeV necesita. Y me decía que yo estaba allí sobre todo para ayudar a los músicos a desplazarse y para que sintieran que no estaban solos , que estábamos allí, con ellos, en esa travesía dura y complicada para ellos. Esa es mi auténtica finalidad que no sabía si era muy necesaria o no, pero que para mí era fundamental. 

Ayer fue un día difícil y en cada segundo pensaba  en Diana. Quería que me viera cerca, que supiera que esa maravilla que ella estaba regalando estaba acompañada y que era tan importante como los sueros y las monitores que los mantienen con vida. Y quería que me sintiera cerca. Enfrente de ella, detrás de ella...Porque estaba siendo una hora intensa y dura. Muy dura. Y a mí, que me costaba pensar, caminar, sonreír, me parecía colosal el esfuerzo de tocar en medio de tanta adversidad.

Cuando no podía más, buscaba a Mayte y en ella me apoyaba (Qué bien Mayte que estuvieras. Te eché de menos en la UCI pediátrica. Salí a buscarte y al mismo tiempo sentí alivio de que no estuvieras). 
Salí, salimos muy tocadas. Yo sigo , muchas horas después, en aquellas salas. 
Me maravilla algo que señalaba Natalí Castillo en la entrevista de Tato Puerta de la otra noche -y ello me reafirma en la frase que comenzaba esta entrada- cómo Virginia suma conciertos día tras día. No todos son tan duros como el de ayer, pero ninguno es fácil. Ella está hecha para esto. Yo no sé si podría.

Esta mañana al levantarme, la vida que esconde destellos, me ha regalado justo lo que yo necesitaba. 
A las 6:30 no podía dormir más como siempre que me acuesto cargada de emociones.
Me he levantando a trabajar un poco (qué frío) y me he encontrado una sorpresa que me ha reconciliado con todas mis sombras de ayer y las ha disipado con gran alivio.
Diana Real, la generosa música que ayer hizo posible todos esos pequeños milagros, me había escrito y me había dejado en el  sendero este reguero de frases para que nunca más me pierda por el camino:


menos mal que estáis las voluntarias de verdad!!!

Cuánto sufrimiento....

De verdad Esther menos mal que estabais tú y Maite y Vir también, si no para mí sería muy duro...

Me has hecho tremendamente feliz, Diana. Y todo el peso que ayer se vino conmigo se ha aligerado con solo leerte.

Y me he sentido tan agradecida por poder ser parte de esta familia y tan privilegiada por poder conocer a músicos maravillosos que entregan mucho más que su arte y su maravillosa música, tanto que no he podido más que ponerme a escribir, como siempre. 

Y aquí estoy, dándote las gracias, Diana y a todos los que sois y hacéis Música en Vena. En particular a estos músicos que terminan siempre su experiencia con las mismas palabras que en este caso son de Diana y que te robo para cerrar mi texto hoy:

"Hoy he tocado en Neonatos en el Hospital 12 de Octubre. Ha sido muy duro, me he quedado tocada durante todo el día pero pienso volver...pienso volver" 


En los puntos suspensivos de Diana cabe todo un mundo que está lleno de corazón. Yo quiero vivir en él y en él me instalo. Gracias por regalármelos también.
Estaba editando esta entrada cuando Mayte ha aparecido diciendo algo glorioso:
"Siento no haber entrado con vosotras en la UVI de pediatría, pero es que necesitaba recomponerme y sabía que allí ya no iba a poder.... Siento no haber estado a la altura....",

Querida Mayte, todas las voluntarias estamos a la altura. Unas más bajitas que otras...jajajaja. 
Tú no estás a la altura porque la sobrepasas siempre porque eres muy grande. En las salas y fuera de ellas. Siempre con tu acogimiento, tu sonrisa, tu simpatía, tu trabajo incansable. 
Me alegra tanto que podamos ayudarnos dentro y fuera de los hospitales.. Tú así lo has hecho hoy y lo hiciste ayer. Sólo con encontrarme con tus ojos pude seguir adelante con más fuerza. 

No creo que nada pueda unir más que compartir experiencias y emociones. Por eso, es imposible no querer este proeycto y a todos los que lo hacéis posible. Gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario