viernes, 15 de mayo de 2015

Nanas para titanes

Estoy en mi casa, escribiendo. Pero no estoy aquí. 

Ya estoy en este otro aquí, con ellos.
Con los padres que, exhaustos, miman y protegen a sus bebes que tan pronto y tan frágiles han llegado al mundo.
Con los bebés , que en algunos casos, luchan con fuerzas que no conocen para continuar este prematuro viaje. Todavía unos días más en ese espacio protegido que los preserva y les da la vida de nuevo.
Con el personal sanitario que se emociona al ver cómo esas personitas se relajan y reaccionan ante la música.
Con los responsables y voluntarios de MeV que van a comprobar que su labor es inmensa e imprescindible una vez más.

Hoy les acunará la generosidad de esta maravillosa voz, a capella.


Conozco el lugar y la experiencia y sé que entre esas paredes las nanas de  Ana van a iluminar rincones desconocidos y su voz quebrada se quebrará más aún ante los ojos curiosos de los bebés que los abran o los anegados de agradecimiento y sorpresa de sus padres doloridos y esperanzados.

Estoy aquí pero cierro los ojos y me instalo en la penumbra de esas salas que se romperá con la luz y la emoción de la voz de Ana. Estoy -lo sé-, como los demás presentes, conmovida ante la fortaleza de esos frágiles titanes que hoy van a descubrir otra razón muy poderosa para seguir luchando y salir de verdad a la vida. 

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