miércoles, 27 de mayo de 2015

A pleno pulmón

Me han contado algo que yo sabía porque lo he visto en otras ocasiones.
Me han contado que Sandra es un vendaval de arte, pasión, generosidad y ternura.

Me han dicho que ayer la planta de transplantes se cuajó de alegría e intensidad entre música, sonrisas y lágrimas.
Me han contado que el regalo de Sandra y Daniel de ayer explotó en esas salas como una bomba de esperanza y sentimientos y convirtió el miedo y la tristeza en un escalofrío de amor y contento.

Sandra sabe que eso pasa en los hospitales, que la bomba nos explota a todos cuando MeV se acerca a ellos. 

Lo que Sandra no sabía, quizá, es que ella puede ser los pulmones, las manos, los pies, la garganta y el alma de otras personas. Ayer lo fue. Una chica, bailaora que se encontraba ingresada pudo volar en la voz de Sandra y pudo respirar el arte que lleva dentro y que desde hace un tiempo sus pulmones, cansados, le niegan. Pudo recuperar la sonrisa y reforzar sus ganas de luchar, su esperanza, vibrando en la voz de Sandra, en la guitarra de Melón, en el quejío de ese arte profundo que llora y ensalza la vida al mismo tiempo.


Sandra se va y no se quiere ir. Sabe que un trocito de ella se queda en ellos para siempre y sabe que un trocito de su corazón se pierde entre esas paredes para engrandecerlo y hacerlo más hermoso. Por eso se despide de los pacientes uno a uno, mirándoles a los ojos. Ojos húmedos, agradecidos, como los de la madre de esa artista ingresada que ayer volvió a ser feliz por unos minutos y recuperó la certeza de que la fuerza de su pasión la ayudaría a volver respirar a pleno pulmón.

Me han contado todo esto y yo que no lo vi, lo siento muy cerquita y os lo cuento. Porque los que alguna vez hemos vivido esa magia, sabemos lo que sucede en esas paredes. Y es algo tan hermoso que debemos compartirlo. Y expandirlo, como una siembra de "posibles" que empujan a continuar a quienes tan mal lo están pasando y tanto mimo necesitan.


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